GRAFFITIS EN UNA ALQUERÍA DE BURRIANA

Entre naranjos, en una alquería de Burriana, de la cual omitimos voluntariamente su ubicación, encontramos en una de sus paredes enlucidas con yeso, una colección de cuatro graffitis de trazo esquemático y figuración infantil, realizados con lápiz y formando cuatro representaciones independientes. La alquería permanece en estado de abandono y aunque se mantiene la techumbre y el enlucido interior permanece a resguardo, es visible el deterioro provocado por el paso del tiempo y sus inclemencias, fundamentalmente porque la puerta de la propia estancia está rota y en su interior crecen la maleza y la suciedad.

Con todo y con ello, sobre el desahuciado revoque aún podemos observar en un primer grupo compositivo todo un conjunto escénico al que podríamos titular como “ataque al aeródromo” que representa una batalla aérea desarrollada sobre un aeródromo sobre el cual desfilan en cadena toda una escuadrilla de monoplanos. El último aparato de la cadena deja caer sobre la pista y hangar una bomba, al tiempo que dispara sobre los aviones estacionados, en dos de los cuales se encuentran otros tantos pilotos en actitud de proceder al despegue con el fin de rechazar el ataque. (FOTO 1).

En otro apartado de la misma composición uno de los atacantes ha entablado combate con un avión defensor en vuelo y ha logrado derribarlo, observándose como su piloto se lanza en paracaídas. (FOTO 2)

Pasamos ahora a un segundo elemento, que nos muestra a un individuo armado con un fusil en posición de descanso y ataviado con una especie de chilaba y turbante, indumentaria que se deduce de la inscripción que acompaña al propio dibujo y que reza así: “Este es el Sultán Rey del Moro Ab al Krim”. La figura del “Sultán” queda enmarcada por diversas sumas y operaciones, igualmente escritas a lápiz, efectuadas por los agricultores en las contabilidades realizadas durante la recogida de naranjas de épocas posteriores.

Sobre ambas composiciones y sin aparente conexión con ninguna de ellas, queda representada una tercera figura, esta vez de apariencia fusiforme, en la que se adivina la figuración de un barco con las mismas características de esquematización y sencillez ya comentadas.
En el otro extremo del mismo lienzo de pared podemos observar la representación de una cuarta figura, mostrando un machete o cuchillo con nervadura central y guardamanos, características estas que puede recordarnos la típica bayoneta de filo de los fusiles Mauser.

Anotar, para finalizar, que en la ubicación de la alquería en cuestión estuvo estabilizado el frente de Levante entre los meses de julio de 1938 y el final de la guerra, y que en toda la línea quedó asentada la 83 División nacionalista del general Martín Alonso, la cual en ningún momento se atrevió a avanzar más allá de Nules ante el peligro de quedar copada por las fuerzas republicanas que ocupaban las estribaciones de Espadán.

Sus soldados, por tanto, buscaron refugio durante todo ese periodo en las innumerables alquerías esparcidas por toda la plana litoral. Hoy, los pocos testimonios que han sobrevivido al paso del tiempo, aún conservan estas muestras del pasado realizadas por aquellos “soldados-artistas” anónimos que debieran ser dignas de una especial protección.

Texto: Juan Francisco Fuertes Palasí