lunes, 27 de enero de 2014

El Consell ultima un plan para quitar la protección a 70.000 hectáreas de Espadà.

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Medio Ambiente prevé aplicar un cambio de la Ley de Espacios Naturales que disimuló en la Ley de Medidas Fiscales sin debate y en Navidad.

 Obras de un campo de tiro denunciadas en Espadà.

NACHO MARTÍN. La Conselleria de Medio Ambiente está ultimando un plan para rebajar la protección del parque natural de la Serra d´Espadà al objeto de abrir la posibilidad de nuevos negocios, una medida que según la Societat d´Amics de la Serra d´Espadà (SASE) implicaría quitar el blindaje ecológico a alrededor de 70.000 hectáreas del paraje, según confirmaron fuentes próximas a la conselleria.

Las mismas fuentes precisaron que esta medida se ampararía en las modificaciones aprobadas sin debate parlamentario y en pleno periodo vacacional dentro de la Ley 5/2013, de 23 de diciembre de Medidas Fiscales, de Gestión Administrativa y Financiera, y de Organización de la Generalitat.

Dicha normativa contempla la modificación de otras leyes ambientales como la Ley de Residuos, la Ley de Caza o la Ley 11/94 de Espacios Naturales Protegidos de la Comunitat Valenciana. Esta última es la más cuestionada por los colectivos ecologistas, dado que puede reducir la protección del ámbito del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del paraje o eliminar las zonas de amortiguación de impactos y las zonas de influencia socioeconómica de los parques, dejando sin protección miles de hectáreas. Según los datos que obran en manos de la propia Conselleria de Medio Ambiente y las estimaciones de SASE, esta reforma legal rebajaría la protección o dejaría sin protección 70.000 de las actuales 102.000 hectáreas protegidas en el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN).

De este modo, se daría vía libre a determinados negocios y actividades hasta ahora prohibidas en el paraje natural protegido más extenso de toda la Comunitat Valenciana.

La modificación afectaría especialmente a las zonas de influencia económica y amortiguación de impactos, dentro de la cual se encuentran 40 municipios de la provincia de Castelló. También se verá mermada la protección en los 19 municipios situados dentro de los límites del parque: Azuébar, Chóvar, Aín, Alcudia de Veo, Almedíjar, Algímia de Almonacid, Alfondeguilla, Artana, Ayódar, Eslida, Fuentes de Ayódar, Higueras, Matet, Pavías, Sueras, Tales, Torralba del Pinar, Vall d´Almonacid y Villamalur.

La reducción del blindaje medioambiental de la zona del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de Espadà implicará abrir súbitamente la veda a ciertos negocios hasta ahora prohibidos y a los que no se exigirán ciertos informes, estudios, medidas correctoras y declaraciones de impacto ambiental.


Permitiría negocios ahora prohibidos como el campo de tiro de Higueras


La reforma legal aprobada por la Generalitat Valenciana de forma silenciosa y fuera del procedimiento de debate parlamentario le ofrece un instrumento para autorizar negocios que hasta la fecha estaban prohibidos en el paraje natural de la Serra d´Espadà, dada su especial protección ambiental. 

Esta ley se aprueba justo en un contexto de polémica derivado del proyecto de campo de tiro en pleno paraje de Espadà en el municipio de Higueras, que contó con un informe favorable de la Conselleria de Medio Ambiente que fue cuestionado por la Guardia Civil.

De hecho, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) pone en duda la veracidad de los informes de Medio Ambiente y denuncia que el proyecto ha violado hasta 20 normativas y leyes ambientales de diverso rango. Por lo pronto, la Generalitat ha anunciado un expediente sancionador.


Noticia en Levante Mercantil Valenciano 

lunes, 13 de enero de 2014

LA REJA DE LA GUERRA

Los amantes del coleccionismo saben perfectamente de la magia de los objetos. Su posesión, su tacto o su simple contemplación generan en su propietario una especie de encanto difícil de describir, una suerte extraña de energía que surge de aquel cuerpo inanimado que, en su día, fue protagonista de una historia.
Es el caso de nuestra “reja de la guerra”, ubicada sobre una vetusta vivienda de la avenida burrianense de Joan Baptista Sanmartín, en la margen derecha del río Seco, y uno de los últimos vestigios materiales de los acontecimientos de la batalla de Levante. El conocedor de nuestra “batalla olvidada” sabrá el porqué de estas peculiares huellas.
  El nº 6 de la Avda. Joan Baptista Sanmartín y detalle de los desperfectos en el balcón de la vivienda

Efectivamente, eran las cuatro de la madrugada del 5 de julio de 1938 cuando una tremenda explosión sobresaltaba a cuantos dormían en las inmediaciones de la población de Burriana. Literalmente el campanario había volado por los aires. Mediante esta acción, los republicanos evitaban que los franquistas pudieran repetir el episodio de Villarreal. Allí, días atrás, los observadores de la artillería rebelde se habían instalado en la torre de la Arciprestal y desde aquel mirador excepcional pudieron orientar el tiro de sus baterías.
Ahora no sucedería lo mismo y el esbelto campanario que dominaba absolutamente toda la Plana era destruido sin contemplaciones. Las 32 cargas de dinamita colocadas en su base fueron el anuncio de que la ciudad era abandonada por sus defensores. Los republicanos retrocedían hacia Nules en lo que venía siendo la tónica durante toda la batalla de Levante: la retirada ordenada y el posicionamiento en retaguardia sobre cualquier accidente del terreno mientras se intentaba desgastar al enemigo. El paradigma de la batalla defensiva estudiado en los manuales de táctica en las academias militares de la época. 
Esta misma dinámica venía repitiéndose desde Aragón. Así, después de la toma de Castellón a mediados de junio, los republicanos retrocedían a toda prisa para intentar hacerse fuertes en el lado derecho del Mijares, pero la entrada sorpresiva de los nacionalistas en Villarreal el día 18 hacía peligrar a las unidades apostadas junto al cauce, prestas a la batalla defensiva. Amenazadas por el copo abandonaban también Almazora, debiendo retroceder de nuevo hasta Burriana y allí, en mejores condiciones, intentar hacerse fuertes al otro lado del río.
Es en este momento, con el avance hasta la línea defensiva del río Seco, cuando los franquistas de la 83 división son detenidos, y durante dos semanas se desarrollarán los combates que protagoniza nuestra “reja de la guerra”. La vivienda convertida en parapeto sobre la que hostigar a los atacantes, al igual que todas las de la línea del río, debió sufrir numerosos desperfectos.
 Vista de la reja izquierda y detalles.

Pero el imparable avance nacionalista hacía repetir la historia una y otra vez. Descolgándose ahora desde Bechí, las fuerzas franquistas amenazaban Villavieja y el riesgo de cerco volvía a hacerse presente. De nuevo había que abandonar Burriana a toda prisa. Quedaba atrás una población completamente destruida y que en las inmediatas jornadas emprendería la enorme y penosa tarea de la reconstrucción.
Vista de la reja derecha. En el reflejo de los cristales se observa la perspectiva de la marginal izquierda del río Seco, lugar de posicionamiento de las tropas franquistas atacantes. 

Durante muchos años, la evidente escasez de materiales hizo útil para los moradores de la vivienda a nuestra maltrecha reja que, como tantas otras ya desaparecidas, fueron testigos inertes de aquellas dramáticas jornadas.  
En esta panorámica puede observarse en el centro mismo de la imagen, la vivienda de nuestra “reja”. Los ojos centrales del puente han sido voladon para impedir el paso de los rebeldes. Los montones de escombros en el lecho del río anuncian que las labores de reconstrucción ya han comenzado.

Aunque sencillos, estos elementos patrimoniales no debieran caer en el olvido y merecerían de sus propietarios o de la misma administración municipal una especial conservación para la posteridad como humilde memoria de nuestra Historia.

Artículo escrito por: JUAN FCO.  FUERTES PALASI
Fotos: JULIO FUERTES PALASI